Hola a tod@s y aquí estoy una vez más con vosotros!
Cuando entramos en el otoño y el verano es ya un recuerdo, nos queda la memoria de sus largos días llenos de luz, la cálida caricia del sol en la piel, el reflejo de la potente luz contra la pared encalada y el brillo de los colores que nos envuelven, azules, blanco, verde, fucsia....
En este maravilloso lugar, un día de verano, la brisa del mar nos envuelve y las sombras de la buganvilla forman un juego de colores en la pared.
Ahora os mostraré distintas fases de la ejecución de esta obra, al igual que ya hice en post anteriores con otras.
Primero sitúo los distintos volúmenes en el lienzo, estudio la perspectiva y planteo el cuadro. La primera mancha está definida.
Cielo, pared, masa vegetal y calle perfiladas; es hora de darles pasta y colores. Marco las sombras y las buganvillas en sus espacios.
Las buganvillas se aclaran y se llenan de brillo. Las sombras juguetonas toman distintas formas y tonos y se pierden por el callejón. El pavimento de piedra de la calle se tornasola.
La buganvilla explota de luz y color. La intensa luz que refleja la blanca pared rivaliza con el baile de las sombras.
El cielo se suaviza y la puerta verde se matiza.Todo es luz y color en este día de verano.
Y recordad, que el resultado final lo tenéis al principio de esta entrada.
Espero que os haya gustado y que algún día visitéis este maravilloso lugar.
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Muchas gracias
Ana Feu
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